It is hard everyday.

Querido tú,

Hola, ¿cómo estás? Por aquí las cosas siguen igual. Si te lo preguntas, yo estoy bien. La mayoría del tiempo. Sí, porque tengo unos amigos increíbles que me cuidan mucho y están pendientes de mí. Hablan conmigo, me hacen reír; me entretienen. Pero a veces, cuando estoy sola, me acuerdo de ti. Y te echo de menos. Echo de menos hablar contigo, abrazarte, que me digas que me quieres. Me acuerdo de todo lo que vivimos juntos, y de todas las promesas (ahora rotas) que me hiciste. Y me pregunto si me echarás de menos tú a mí. Si te acordarás de que existo, si todavía recuerdas mi nombre. Sé que ahora tu vida es mejor. Has hecho nuevos amigos, te llevas mejor con tu hermana, has encontrado a otra chica. Pero, ¿qué hay de mí?

Algún día te olvidaré. Olvidaré las últimas palabras que me dijiste (Ella es mil veces mejor que tú, y ahora todo ha cambiado. Te quiero, te necesito en mi vida, pero no sé si podremos hablar a menudo. No sé cuándo podré verte), quemaré todas las fotos y las cartas, te eliminaré de mi corazón. Y cuando eso ocurra, me sentiré bien de nuevo. Como si jamás hubieses existido, como si no te hubiera conocido nunca.



Te quiere y siempre te querrá,
Sandra.



Bueno, intento vivir sin ti: las lágrimas caen de mis ojos, estoy sola y me siento vacía.

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