Mostrando entradas con la etiqueta reflexiones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta reflexiones. Mostrar todas las entradas

It is hard everyday.

Querido tú,

Hola, ¿cómo estás? Por aquí las cosas siguen igual. Si te lo preguntas, yo estoy bien. La mayoría del tiempo. Sí, porque tengo unos amigos increíbles que me cuidan mucho y están pendientes de mí. Hablan conmigo, me hacen reír; me entretienen. Pero a veces, cuando estoy sola, me acuerdo de ti. Y te echo de menos. Echo de menos hablar contigo, abrazarte, que me digas que me quieres. Me acuerdo de todo lo que vivimos juntos, y de todas las promesas (ahora rotas) que me hiciste. Y me pregunto si me echarás de menos tú a mí. Si te acordarás de que existo, si todavía recuerdas mi nombre. Sé que ahora tu vida es mejor. Has hecho nuevos amigos, te llevas mejor con tu hermana, has encontrado a otra chica. Pero, ¿qué hay de mí?

Algún día te olvidaré. Olvidaré las últimas palabras que me dijiste (Ella es mil veces mejor que tú, y ahora todo ha cambiado. Te quiero, te necesito en mi vida, pero no sé si podremos hablar a menudo. No sé cuándo podré verte), quemaré todas las fotos y las cartas, te eliminaré de mi corazón. Y cuando eso ocurra, me sentiré bien de nuevo. Como si jamás hubieses existido, como si no te hubiera conocido nunca.



Te quiere y siempre te querrá,
Sandra.



Bueno, intento vivir sin ti: las lágrimas caen de mis ojos, estoy sola y me siento vacía.

Siempre es bonito regresar.


Hacía tiempo que no escribía nada, pero he tenido problemas y blah blah. A de más, aunque escriba cosas, nadie las lee, así que ¿para qué? Pero bueno, creé el blog para desahogarme y eso es lo que haré a partir de ahora. Sin embargo, aunque ha pasado bastante tiempo, todavía hay cosas que siguen igual. No he encontrado a mi príncipe azul, sigo igual de cabezota y mi mejor amiga se sigue llamando Neus. El verano está por llegar, y espero pasármelo bien.


Hasta pronto,
Sandra.

Cambios.

Las cosas cambian; no sabes si para bien o para mal, pero cambian. No sabes si reír o llorar, si sentirte feliz o triste. Por una parte, eso está bien, ¿no? Decir adiós a las cosas del pasado y acoger con los brazos abiertos las cosas que nos van a suceder en un futuro. Pero siempre quedan los recuerdos, y saber que nada de eso volverá a pasar duele.


Yo soy de ése tipo de chicas, de las que les cuesta decir adiós. Me aferro a los recuerdos y a las ganas que tengo de que las cosas no cambien. No me gusta despedirme de las personas que han sido importantes para mí. Sin embargo, hay una voz en mi cabeza que dice: "Él te ha hecho daño, debes olvidarle y empezar a sonreír de nuevo". ¿Cómo lo hago si no quiero perderle? ¿Cómo he de decirle adiós si no quiero decirle adiós? ¿Qué hago?