Un 18 de Junio, quién sabe porqué, te encontré. A ti. Ya puedes llamarlo como quieras: casualidad, destino... Pero el caso esque te encontré. Bueno, en realidad, tú me encontraste a mí, pero luego pasó algo (también puedes pensar que fue el destino o pura chorra, como quieras) que nos unió. Para siempre. Porque ya no me imagino una vida sin ti, Neus. Sé que siempre te voy a tener a mi lado y quiero que sepas (¿cuántas veces te lo he dicho ya?) que yo también estaré ahí todas las veces que me necesites. Porque contigo río, lloro, digo cosas que quien las escuchara me tomaría por loca. Ya sabes que como tú no hay y no va a haver nadie. ¿Que se te parezcan? Puede. ¿Que sean importantes para mí? Quizá. Pero otra Neus no. Jamás. Cuando estoy contigo me siento bien, me siento Sandra. Como si cuando no hablara contigo faltara algo en mí. Y no sé qué hacer para que de una puta vez te entre en la cabeza que eres jodidamente perfecta para mí y que no te cambiaría por nada.
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